La delincuencia no da tregua y, es lamentable, que cada día se ingenian nuevas modalidades para robar a los ciudadanos y quitarles sus pertenencias. Por ejemplo, la periodista Camila Zuluaga de Blu Radio, compartió una historia que nos hace reflexionar sobre la importancia de estar alerta sobre cómo roban en las calles de Bogotá a los adultos mayores. Toma nota.
Imagina esto: estás caminando en la capital, y de repente, un grupo de hombres se acerca. ¿Lo normal? Visten uniformes de la Dijín y conducen una camioneta que parece oficial. Hasta el momento todo bien, ya que parecen funcionarios de la ley, ¿verdad? Sin embargo, en realidad, son ladrones expertos en el arte del engaño.
Así arrancó la periodista su programa de radio de cómo estos delincuentes utilizan una táctica que ha caído como un balde de agua fría sobre los habitantes de la ciudad. Por lo que, su padre fue víctima de esta modalidad, y su testimonio es un llamado de alerta para todos nuestros adultos mayores.
Según estos falsos agentes de la Dijín detienen a las personas en plena vía pública. Les solicitan mostrar sus documentos para una supuesta revisión, pero su verdadero objetivo es robarlos. Así, sin que los adultos mayores se den cuenta. Ya que, no hay forcejeo, tampoco usan armas para amenazarlos y poder enredar a los viejitos y quitarles sus pertenencias. Es un acto audaz, pero efectivo.
Ante esta situación, las redes sociales explotaron durante el programa de Blu Radio, pues la gente comenzó a contar que sus familiares, ya habían pasado por la misma historia de terror.
Recuerda que, en Colombia, la policía no tiene la autoridad para realizar requisas en la calle sin una orden judicial o sin que se haya cometido un delito. Si alguien se hace pasar por policía y solicita una requisa, es importante verificar su identificación y llamar a la línea de emergencia de la policía para confirmar su identidad.
Siguiendo con la historia, estos tipos sospechosos le dicen al papá de la periodista que le tenían que mostrar su cédula. Luego le pidieron ver qué había en la billetera y él entregó su plata, después le pidieron el celular y la clave. Lo requisaron, no a la fuerza, pero mi papá es un señor mayor y entregó todo”, relató la periodista.
Lo que hace esta banda de delincuentes aún más peligrosa es que cuentan con cómplices. Estos cómplices se hacen pasar por personas que están siendo requisadas por los falsos agentes. Su objetivo es generar presión sobre las víctimas, para que estas entreguen sus pertenencias sin desconfiar.
Es importante resaltar que esta modalidad de robo apela al temor de las personas, especialmente de los adultos mayores. El solo hecho de ver a un supuesto funcionario de la Dijín revisándolos crea una sensación de urgencia y angustia que lleva a las víctimas a ceder sin pensar.
“Este es un mecanismo que se está utilizando para engañar a las personas mayores, que por la angustia de verse requisadas por un funcionario de la Dijín, proceden a entregar todo”, advirtió la periodista en su relato.
La historia de lo que ocurrió a su padre, nos puede pasar con nuestros papás y abuelos. Esto sin duda, hace reflexionar sobre la importancia de estar alerta y de educar a nuestros seres queridos. Especialmente a aquellos que son más vulnerables a este tipo de engaños. La seguridad en las calles es tarea de todos, y conocer estas habilidades de los ladrones es el primer paso para protegernos y proteger a quienes amamos.
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En Bogotá, como en cualquier ciudad, es fundamental estar alerta. Desconfiar de situaciones inusuales y, sobre todo, recordar que la seguridad de uno mismo está por encima de todo. No permitamos que los delincuentes se salgan con la suya, y recordemos siempre que la prevención es nuestra mejor arma contra la delincuencia.
En un mundo donde la astucia de los delincuentes no conoce límites, es crucial estar informados y alerta. La historia de cómo los ladrones se hacen pasar por la Dijín en Bogotá para robar a adultos mayores nos enseña que la prevención y la vigilancia. No permitamos que nadie nos engañe y sigamos cuidando de nuestra seguridad y la de nuestros seres queridos.