Tal Ben-Shahar, exprofesor de Harvard, dice que ser felices es la inversión de ahora. Además, la gente deberá encontrar el equilibrio entre trabajo y felicidad. Por eso, la tarea de las empresas es ayudar a sus empleados a identificar y ejercer sus fortalezas.
Sabias que las personas que se conocen y usan sus fortalezas son más felices, están más motivadas y tienen más éxito en su trabajo y en la vida.
La profesora de Harvard Amy Edmondson llama ‘seguridad psicológica’, a la confianza a que ninguna persona será avergonzado o castigado si propone algo, pide ayuda o fracasa en una tarea. ¡Toma nota!
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Cuando los errores se comparten y discuten, todos los miembros del equipo pueden aprender y mejorar. (Inténtalo siempre)
Cuando se ocultan las dificultades, no hay aprendizaje y es más probable que los errores se repitan.
Motivar a los empleados a hacer ejercicio con frecuencia con tres sesiones semanales de 30 minutos cada una. Sabias que tienen el mismo efecto que nuestra medicación psiquiátrica más poderosa.
Por último, tomar descansos regulares durante el día y que respeten tu tiempo en casa. Estar ‘encendido’ todo el tiempo no es útil para las personas ni para la organización.
Más no es necesariamente mejor. Necesitamos recargar nuestras baterías. La creatividad y la productividad disminuyen cuando no hay momentos de recuperación. Y eso incluye las vacaciones.
Nada garantiza el éxito. Pero aumentar los niveles de felicidad eleva la probabilidad de éxito. La mayoría de la gente cree que él éxito conducirá a la felicidad, pero sabemos por varias investigaciones que esa felicidad es temporal, de corta duración.
Cuando experimentamos emociones placenteras somos más creativos, más productivos, más motivados, formamos mejores relaciones y somos más saludables físicamente, con lo cual tendremos más posibilidad de tener éxito. ¡La felicidad es una buena inversión!
Así que, antes de estresarte, cuenta hasta 5. Aprende a recibir los problemas con una sonrisa y buena vibra. De alguna forma tendrás que solucionarlo y para qué amargarte. La vida no es eso.