La ola invernal golpeó fuerte a Cundinamarca, dejando caminos dañados y comunidades aisladas. Sin embargo, una inversión de más de $60.000 millones fue la clave para evitar el colapso total en decenas de municipios. ¿Cuál fue el secreto detrás de esta acción?
Gracias a la estrategia llamada “Banco de Horas”, la Gobernación amplió su capacidad operativa de solo 17 combos de maquinaria a más de 50 frentes de trabajo activos. Esto permitió que más de 64 municipios recibieran atención constante, con un despliegue de más de 30.000 horas de operación y más de 2.100 kilómetros intervenidos.
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El plan incluyó labores intensas en las 15 provincias del departamento, especialmente en las zonas más afectadas por la lluvia. Municipios como La Palma, Fómeque, Gutiérrez, Viotá y Supatá, entre otros, recibieron atención oportuna para garantizar la movilidad y seguridad de sus habitantes.
Este modelo de trabajo no solo fue una inversión económica, sino una acción estratégica que permitió evitar que el barro y los deslaves aislaran a comunidades enteras. Además, mostró cómo la maquinaria y la planificación conjunta pueden transformar una emergencia en una oportunidad para fortalecer la infraestructura rural.
Así, el secreto detrás de los millones invertidos es una combinación de trabajo coordinado, recursos bien gestionados y un enfoque claro en las necesidades reales de la gente. La ola invernal puso a prueba a Cundinamarca, pero con esta estrategia, la Gobernación demostró que la prevención y la acción rápida son la mejor defensa contra el desastre.